escribir para vivir, vivir para vivir

En este espacio verde encontraras mis escritos; pertenecen a diferentes epocas y se apoyan en experiencias incluso contradictorias. Los inserto en un orden aleatorio y solo si me parecen vivos, si los veo llenos de emoción; si siento que sus conflictos y felicidades son capaces de aportar una mirada diferente y sus letras merecedoras de un breve instante en la pantalla. Es mi sentimiento, opinarás tu lo mismo?, nos vemos un cordial abrazo Ciriaco Yáñez.

Ciriaco Yáñez
Un camino hacia el cielo
http://www.ciriacoyanez.com/
email: ciriacoyanez@gmail.com
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06.Zaragoza.España

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martes, 20 de abril de 2010

cronica en busca de una espada de bambú


Cartas nocturnas
Crónica de un viaje en busca de una espada de bambú en el
Campeonato de España de Kendo 2010



Después de aprobar el segundo dan, y escuchar a Antonio comentarnos las cosas que solo se pueden sentir en combate, practicar en combate, una idea se fue colando entre mis inquietudes, preparar el campeonato de Kendo de Aragón¡, hacer un buen papel, expresar en condiciones de examen lo que he aprendido en estos ocho años, Dani, confidente matutino de mis inquietudes, asentía en las mañanas del kajuki . Nunca me había tomado en serio lo de competir , lo de diferenciar claramente entre el mawari keiko y el keiko de competición, más cómodo en la practica y en el pulir la técnica que en su aplicación de combate y creo que alguna campanilla se puso a sonar como avisando que con mis lustros a cuestas pocos posibles campeonatos quedaban y si muchas cosas que aprender que experienciar.
El campeonato de Aragón fue muy interesante para mi, aprendí mucho, tanto por lo que hice, como por lo que no hice; mucho por lo que sabía, pero no puse en practica: había que interiorizar mucho mejor los fundamentos y cambiar bastantes cosas. Después de esos ocho años pareciera que empezaba a escuchar lo que Antonio me repetía a cada paso “ las piernas, las piernas”... las piernas. El tercer puesto compartido con José Ramón me supo a gloria, aunque luego viendo los combates en video me volví a resituar en mi auténtica valía y todo lo que tenía que mejorar, a corto, a medio y a largo, también espero a muy largo plazo.
Casi sin sentirlo llegó la convocatoria del campeonato de España de Kendo 2010 y casi como en un sueño me vi formando parte de nuestro equipo.
El formar parte del equipo de Aragón ha sido un gran honor para mi. Al comentarme Antonio que podría ir, recordaba unas frases que Takisawa sensei nos decía en Japón acerca del gran honor que representa para los participantes el ser seleccionados para representar a sus prefecturas, a sus colegios, a sus escuelas, a sus maestros. Para mi sinceramente lo fue. El preparar los shinais, reparar el ajado, de carbono, que empleo continuamente y que es como un viejo amigo, y el de bambú que me regaló Yumiba sensei en Japón y que solo empleo contra Antonio y que no pienso emplear en el campeonato; el equipo, el bogu, el tare name con la bandera (con la ayuda inestimable de último minuto de la familia Borque) , mi nombre escrito... Os reiréis pero era una sensación casi de fiesta, de reflexión y de profunda alegría, de nervios y de esperanzas.
Salimos de viaje en la mañana, paramos a la vera del camino a Madrid como unos excursionistas con nuestros bocatas de tortilla de patata; porque ,¿donde se ha visto una excursión sin un buen bocata de tortilla de patata?
Llegamos sobrados de tiempo y entramos al pabellón adornado con las banderas de las comunidades , estaban preparando los shiaios y la sensación era como la de Harry Potter entrando en el comedor de Howards con las velas … tomamos nuestro espacio debajo de la bandera de Aragón y desembalamos las armaduras, disponiéndolas con orden y cariño. Los minutos avanzaban y detrás de la última esquina del reloj calló la aguja. Nos vestimos y calentamos marcando el espacio, José Ángel nuestro capitán, nos llevó con precisión inglesa hasta el punto y dada la voz de recoger, estábamos dispuestos a hacer el saludo y ver la inauguración de la competición. Unos minutos después los kiais ya atronaban el aire y los sonidos de los shinais al chocar semejaban cañonazos escuchados en lontananza en cualquier combate naval. Los competidores se aproximaban a sus shiaios y con gesto decidido entraban : punto, hansoku, ataque, contraataque, aquí una finta, allí un men demoledor, acá el hiki que te lleva en alas de la victoria impulsado por el viento de tu esfuerzo, allá la alegría del punto logrado, la tristeza del punto recibido. Momentos, instantes, minutos que se alargan, segundos que se eternizan, que se estiran como un reloj de Dalí.
Y nosotros? Buenos combates, poca convicción. Muy buena técnica enfrentándose a gentes que querían ganar, ganar y ganar, perdimos con los que serian primeros, ganamos a los que serian terceros y pasamos de ronda como segundos; y allí nos pudo el desanimo. Nuestros competidores si nos tomaron en serio, mucho más que nosotros mismos, y se afanaron en pergeñar una estrategia vencedora: los dos primeros a empatar como sea, los dos segundos a ganar como sea, el último para asegurar.
No es importante lo que los otros hagan sino como gestionamos nosotros esa situación, ese momento. Nosotros salimos a probar cosas, y como nos decía Antonio ayer en clase, “salir a probar es salir a perder”. No es cuestión de sentirnos mal , sino de aplicarnos en la mejora , aplicarnos en perseguir un sueño. Cual es nuestro sueño? el de ganar , el de mejorar? El sueño de hacer un kendo elegante, brillante, eléctrico, sutil, femenino y viril a la vez? no me vale ganar de cualquier manera, quiero combatir como un caballero, con caballeros y entregarme totalmente. Cual es tu sueño?, que kendo quieres hacer? Ganar un puntito de cualquier manera? o expresar en el shiaio todo tu trabajo?, tu conocimiento?, y , emplear ese trabajo , ese convencimiento en ganar honestamente?
Si mejoramos ayudaremos a nuestros compañeros a mejorar que a su vez nos ayudaran a mejorar a nosotros. Muchas veces en el entrenamiento diario siento que no doy todo, me guardo un poco de kiai, estoy pensando en las dificultades del día, en los problemas; esos días no disfruto, en cambio los días en que todo se borra como una pizarra en blanco son días que se llenan de una alegría muy especial, sobre todo en los entrenamientos de la mañana. Esos momentos me dejan para todo el día la intima sensación del buen camino.
Perdimos con Baleares y en ese momento, en el shiaio contiguo Rubén apareció como una exhalación de convencimiento, agilidad y entrega: ganó. Y ganó después de un empate, después de veinte minutos de encho. Ganó honestamente , en buena lid. Un escalofrío de alegría de emoción nos recorrió. Orgullo, admiración y mucho cariño. Formábamos parte de algo bonito: Y no solo eso sino que al día siguiente nuestra Paolisima se sobrepuso a competidoras muy, muy, fuertes y venció convenciéndose, convenciendo; muchos premios al espíritu combativo después, años de entrenamiento, se focalizaron en una victoria llena de corazón.
Dos campeones con los que entrenamos todos los días, dos practicantes de kendo, dos amigos : felicidades¡¡¡

En la cena hablamos de kendo, de lo divino, de lo humano, de esto y aquello, nos comimos una vaca y nos conocimos mejor; bebimos vino y hablamos. Un colofón estupendo a una jornada que empezaba de madrugada y terminaba clareando el cielo.
Caímos como sacos de patatas en los catres y nos levantamos casi antes del alba con hambre y ganas de disfrutar.
Una cierta transformación se apreciaba en el equipo de Aragón que hoy se enfrentaría de manera individual a sus competidores, ya había pasado el primer día, ahora era el momento de disfrutar; la responsabilidad de perjudicar al equipo por una mala actuación ya no existía, solo uno contra otro . Las ligas fueron cayendo con mayor o menor fortuna, expresión de carácter y de técnica; los competidores también juegan, claro que si¡ y era muy bonito observar como cada uno se enfrentaba al momento del combate. Los cabezas de serie, los favoritos, hablando o siendo aconsejados por sus entrenadores y compañeros; los más jóvenes, los que se estrenaban en una competición arropados por sus amigos que sufrían tanto como ellos, últimos consejos atisbados en el último momento sobre el contrario concreto: “cuidado, hace esto o aquello…no le dejes entrar en la distancia, deja muy abierto el kote…muchas cosillas”. Y por encima de todo muy buen ambiente, competición noble, esfuerzo constante y nobleza.
“No importa lo que te pase sino como te enfrentas a lo que te pasa”, esas palabras tenia en mi mente cuando me llegó el turno, al final de la ronda, casi dos horas después de comenzada la serie. Mucho tiempo, mucho tiempo para enfriarse, para pensar, para ver como se preparan los combates, los cambios de arbitro… Mucho tiempo. Nos fuimos acompañando los unos a los otros con el shinai de repuesto preparado por si se rompía el utilizado, con el ultimo comentario sobre el contrario que en ese momento se está enfrentando a otro: “ mira como se vence atrás, cuidado con la profundidad de su men, mira como provoca ,amaga y ofrece para colocarte donde él quiere, percibe como se impone con su kiai, vaya hiki que tiene, se empeña en el do, y no están dando ninguno, cuidado con su devana kote…” muchas cosas que se perciben mientras ves el combate. Los compañeros lo hicieron bien; buenos golpes, buena presencia, todos demostraron que saben hacer kendo, la entrada ,la apostura, el conocimiento técnico, todos con diferente suerte. Luego Agustín comentaba la sensación de que tiene de que los competidores dan con mayor fuerza, con contundencia. No parece una cuestión de hombros sino de golpear en el desplazamiento, algo que Antonio nos dice muchísimas veces.
Y yo como me sentí? Me vi a mi mismo hace ocho años empezando a practicar kendo después de casi quince años esperando, deseándolo. Recordé el primer día en el kajuki, como primera vez que tienes una cita con una mujer que secretamente amas, la amabilidad de Enrique, las atenciones de Pepe, el magisterio de Antonio; recordé los primeros combates y como Pepe me insistía en que laminase a los contrincantes, recordé ,los días, los meses, los exámenes de grado, el cinto negro, el suspenso del primer dan, el examen de segundo dan, el campeonato en la universidad donde conseguí el tercer puesto hace tantos años, y entonces me parecía poquísimo ¡y no tenia ni idea¡¡¡¡ era francamente malo¡¡¡¡, y las clases, los días que se sucedían, las mañanas que seguían a las noches, el frío helador de los inviernos en el tatami verde, la agradable brisa de las mañanas de verano en el tatami azul bajo los árboles, los cientos de pasadas de men, la paciencia de Antonio repitiendo, insistiendo incansablemente el fundamento de cada ejercicio. Así que cambié mi shinai. La decisión de cambiar el carbono por el bambú, lo fabricado por lo vivo, surgión naturalmente una decisión indecidida, era el momento, era el momento de decidir que tipo de kendo quería hacer; tomé el shinai de bambú, con su peso diferente, su balanceo, y su estilo definido por la elegancia, contrario a lo utilitario, al carbono; bambú expresión de vida, de sutileza, de corazón; me alegré de que en el último momento hubiese tintado los cueros con azul de mis oleos, pues mientras pintaba , en un impulso, había recordado lo que Antonio nos ha comentado en alguna ocasión: “ se percibe el blanco nuevo de los cueros mucho más que si están ya rozados por el golpe sobre el men o los kotes”, así estaban mis cueros, ligeramente oscurecidos de azul tristeza.
Y salí con convicción, perdí. En los breves instantes entre el primer combate y el segundo mientras intentaba recuperar el resuello repasé en una ráfaga lo que no había hecho en el primer combate y lo que quería hacer en el segundo: quería controlar el espacio, dominar el centro, arrollar su energía y hacerle sentir que en ningún caso tendría oportunidad; quería desarrollar buenas técnicas adecuadas a lo que el compañero me propusiera y quería guiarle para que utilizase las técnicas que yo deseaba emplear; tener y mantener un kiai profundo y sostenido al sesenta por ciento y con capacidad para hacer golpes dobles. No recuerdo el combate, es un segundo que se extiende una vida. Fueron dos golpes, dos puntos, el segundo casi al final, me daba pena,¡ no quería que se terminase¡; como un baile, como una conversación con un amigo, como una botella de vino compartida con tu amante. Me sentí muy potente, en un momento, él se paró, se dejó hipnotizar, le ofrecí men y sobre su salida, plena de convicción me anticipé en el devana koté, el devana koté más intenso posible. Y se terminó, una sensación de alegría por la victoria y mucho más por como la había conseguido, y un halo de tristeza; tristeza por el fin de esa sinfonía que habíamos compuesto al alimón durante esos minutos, con nuestras batutas guiando una orquesta de sonidos plenos y vitales: nuestra respiración agitada insuflando vida a las velas de nuestros cascos, nuestras piernas cayendo en explosiones sobre la madera, y siempre la energía impulsando, proyectando, inquietando, imponiéndose al otro, las esferas rozándose, ocupando el espacio del otro. Y la elegancia de las formas y comportamientos, oasis de amor cortés en las manifestaciones cotidianas de estulticia y grosería, cuando no de brutalidad gratuita, que nos rodean. Se terminó, se cumplió su tiempo y su espacio. Espero poder participar en un campeonato más, e intentar aplicar lo que en este año aprenda, y si no es posible, esta experiencia va en mi zurrón de viajero.

Podriamos aprender de Fuster en sus combates, en semifinales se impuso a un empate con convicción y entereza y en la final fue a ganar a David. No se amilanó sino que usó la energía y la potencia remanente de su anterior combate para reforzar su convencimiento en la victoria. El primer golpe de men de la final fue contundente, potente, perfecto en la oportunidad y en el resultado. Y , lo más importante, no se quedó allí, no fue a amarrar, sino que siguió presionando a David y antes de que este hubiera podido resituarse, verle sus defectos y pensar como cazarle le agitó y le cazó. Campeón con total merecimiento ante un gran campeón como David. Es importante ser campeón? Si, como expresión de trabajo bien hecho, y sobre todo lo importante es como se es… campeón o no. Parabienes a los dos pues se lo merecieron por su ejemplo y constancia.
Y Félix ? magnifico trabajo de nuestro delegado, con deciros que los otros equipos venían a preguntarle , y no solo ellos, sino los mismos ayudantes de la mesa le pedían sus apuntes para comprobar que todo era correcto, el campeón de los delegados; nos ayudó muchísimo, estuvo pendiente de nuestros combates, de los cruces y de la reglamentación aplicada en cada momento, gracias Félix

Un par de cosas más, formar parte del equipo ha sido para mi emocionante, gracias a Pepe, Carlos y todos los compañeros del Kajuki por ayudarme cada día, y gracias siempre a Antonio, por el magisterio, por el cariño y la paciencia.
Animarnos a trabajar para poder participar en los campeonatos con el espíritu de crecer, de plasmar lo que hemos aprendido y si es ganando, mejor. En todo caso que al finalizar tengamos más amigos que antes, mejoremos la relación con quienes nos conocen, con nosotros mismos y con nuestro kendo.

Todavía tenemos recorrido podemos mejorar, y podemos aportar algo al kendo, algo en devolución de lo que nos aporta a cada uno de nosotros, autenticidad, disciplina, esfuerzo, constancia, entrega, corazón, cariño, compañerismo, magisterio, ayuda al compañero y también responder a esa pregunta ¿Qué kendo quieres hacer?

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