Tengo grabada una escena en mi vida y con vuestro permiso os la voy a contar. Cuando niña viajaba con mi padre y mi madre en un vuelo a Paris. El vuelo se retrasó varias horas y la indignación subia por momentos, era una caldera a presión. Mi padre tenía los ojos desencajados, espuma en la boca y farfullaba frases ininteligibles dirigiendose cada pocos minutos a la azafata, recababa la aprobación del resto del pasaje, e insultaba con sus actos al personal de tierra, cada vez era un poco más desagradable. La compañía nos ofreció tomar un refrigerio en una de las cafeterias, pero él se quedó en la puerta de embarque como un clavo y nos obligó a mi madre y ami a estar con él de pie , presionando a la azafata. Por el contrario ví a un matrimonio joven con un niño de unos cuatro años, estuvieron escuchando el anuncio y tranquilamente se fueron a pasear, al padre le ví correr con su hijo por el aeropuerto mientras la madre hacia como que no les conocía, tomaron el refrigerío ofrecido porlacompañía y simplemente pasaron el rato, sin dejarse influir por el enfado general. Cuando tras largas horas repartieron los formularios para hacer la reclamanción a la compañía aerea los rellenaron inteligentemente y los entregaron corteses, les oí decir “ no servirá de nada, pero ha sido divertido escribirlo juntos”. Cuando anunciaron el embarque todos se precipitaron a la puerta, y varios cientos de personas nerviosas se hacinaban en pocos metros como si pudieran hacer qu el avión fuera más rapido, como si pudieran apurar, como si estuvieran en una fase “ complaceme ,apurate”. El matrimonio seguía andando a lo lejos y pareciera que no pensaban tomar el avión, les ví subir los últimos pues mi padre se había erigido como portavoz del grupo y estaba discutiendo acaloradamente con la sobrecargo. Todo el pasaje estaba de vacaciones no habia prisa ni presión, el matrimonio se sentó en los asientos a mi lado, se cogieron de las manos y pusieron el niño en medio, estaba tan cansadito que se durmió casi en el acto y no se aburrió , aterrizando se despertó y ya tenía otra vez ganas de jugar. Mi padre seguia rumiando su enfado y mi madre a su lado sufriendo su genio , atemorizada de los dias que nos esperaban visitando Paris.Me gustaría preguntaros, quien actuó mejor?entonces tenia seis años ahora tengo cuarenta y cuando veo a mi hija pienso en mi, y espero no defraudarla de aquella manera. Si empleo las emociones correctas en proporción y en la secuencia correcta creo que seré mejor madre, mejor persona, mejor ser humano
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